Eisoptrofobia o fobia a los espejos

Eisoptrofobia
Foto de "Prohibida su reproducción" de René Magritte

En Mirrors (Alexandre Aja, 2008) un policía melancólico y machote, interpretado por Kiefer Sutherland, vive toda una serie de desventuras y penurias. Tras un desafortunado incidente, deja el cuerpo y comienza a trabajar como vigilante nocturno en unos antiguos almacenes habitados por unos espejos malditos. Los espejos proyectan angustiosas imágenes de un pasado y presente distorsionados. El ex-policía tendrá que luchar contra sus demonios contenidos en su propio reflejo. Más allá de las pelis de terror, en la realidad, para algunas personas confrontar su reflejo en un espejo también compone una tortura. Estas personas padecen eisoptrofobia o fobia a los espejos.

Espejos inquietantes

La eisoptrofobia se vincula a supersticiones y miedos irracionales a lo sobrenatural y las supersticiones. Los espejos, tan cotidianos hoy, son objetos muy particulares. Nos confrontan con nuestra propia imagen, tal y como nos perciben los demás. Durante milenios, los espejos han sido objetos venerados y temidos, han estado presentes en mitos y leyendas y se han utilizado para narrar el pasado y el futuro, para viajar a otros mundos o para encontrar la verdad.

Desde Blancanieves a Alicia, el espejo ha sido entendido como un objeto mágico. Las tradiciones de catoptromancia, el uso de espejos para la adivinación, han perdurado a través de la historia y se han incluido en cuentos y en prácticas populares de todo el mundo.

En la Antigua Grecia, los oráculos de Tesalia del siglo III a. C usaban espejos para elaborar sus predicciones. También los specularii, sacerdotes de la Antigua Roma, los utilizaban para observar el pasado, el presente y el futuro. En el Shiva, el velatorio de los judíos, los espejos se cubren con paños para evitar que el alma del fallecido quede atrapada en los espejos. Se trata de una práctica también presente en tradiciones chinas, africanas y indias.

Sin embargo, no solo las personas que padecen eisoptrofobia sufren con los espejos. En el trastorno dismórfico corporal, el rechazo al propio reflejo se sustenta en una percepción distorsionada y una preocupación excesiva por defectos físicos inexistentes, o apenas perceptibles.

Fobias específicas

Todos conocemos a alguien que siente pánico a las alturas, las cucarachas o la sangre. Lo que caracteriza a una fobia es el miedo exacerbado e irracional a lo que llamamos un estímulo fóbico. Este es un objeto o situación determinado que genera gran ansiedad cuando en realidad constituye una amenaza mínima o nula. A pesar de ello la respuesta ansiosa se gatilla de manera involuntaria. Dependiendo de lo relevante que sea el objeto fóbico en la cotidianidad social o laboral, puede tener un grave impacto en la vida del individuo. Así una persona en un entorno urbano con necesidad de desplazarse, si padece fobia a volar o a conducir, verá como su vida se ve seriamente limitada. No tanto así, una persona con fobia a las serpientes (herpetofobia) en una situación similar.

Una fobia específica presenta implica una reacción de temor inmediato, intenso y consistente ante la exposición a lo que la produce. Incluso simplemente cuando lo hablamos de ello o lo imaginamos. Así, cuando anticipamos que se acerca la situación temida, ya sea temporalmente o físicamente, los síntomas ansiosos empeoran.

Los miedos más comunes se relacionan con la altura, la oscuridad, las tormentas, los animales, volar, la sangre, las inyecciones o los espacios cerrados. También existen una serie de fobias raras y particulares que afectan a pocas personas. Este el caso de la eisoptrofobia.

Diagnóstico de la fobia específica

El diagnóstico de una fobia específica de acuerdo al DSM 5 parte de los siguientes criterios:

  • Los pacientes tienen miedo o ansiedad marcada, persistente (≥ 6 meses).
  • La situación o el objeto casi siempre desencadenan miedo o ansiedad inmediata.
  • Los pacientes evitan activamente la situación o el objeto.
  • El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real (considerando las normas socioculturales).
  • El miedo, la ansiedad o la evasión provocan fuerte malestar o deterioran de manera significativa el funcionamiento social u ocupacional.
  • Además, el temor y la ansiedad no pueden caracterizarse de forma más correcta que como un trastorno mental diferente (ej. ansiedad socialtrastorno por estrés postraumático).

Tratamiento psicológico

El objetivo del tratamiento debe ser la disminución progresiva de la respuesta ansiosa ante el objeto fóbico. La terapia por tanto prevé una exposición progresiva que deberá adaptarse a las necesidades, ritmo y características de cada caso particular. Bajo un enfoque cognitivo-conductual se utilizan técnicas de desensibilización sistemática y de exposición a la situación temida, en realidad virtual o imaginación. Las técnicas de restructuración cognitiva -para cuestionar y deconstruir creencias irracionales y aumentar la percepción de autoeficacia-, así como el entrenamiento en técnicas de relajación para gestionar la activación ansiosa antes y durante la exposición.

Es común que existan resistencias a buscar apoyo terapéutico. Ya sea porque no creen en su eficacia o porque piensan que durante las sesiones sufrirán mucha ansiedad. Sin embargo, un tratamiento adecuado suele permitir superar las fobias eficazmente con unos niveles de ansiedad relativamente bajos.

Si crees que padeces eisoptrofobia, o cualquier otra fobia específica, y está afectando a diferentes parcelas de tu vida, es muy recomendable consultar con un profesional especializado.

David Martín Escudero

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