Fobias raras

¿Quién no conoce a alguien que sienta pánico ante las arañas o las tormentas? Lo que caracteriza a una fobia es el miedo irracional a lo que llamamos un estímulo fóbico. Este es un objeto o situación determinado que genera gran ansiedad cuando en realidad constituye una amenaza mínima o nula. El individuo fóbico es consciente de que sus temores son exagerados y poco realistas. Lo cual no impide que la situación u objeto temido posea la capacidad de generar una respuesta ansiosa. En casos severos la fobia puede llegar a limitar sus actividades y condicionar su día a día.  

Los miedos más comunes se relacionan con la altura, la oscuridad, las tormentas, los animales, volar, la sangre, las inyecciones o los espacios cerrados. Sin embargo, también existe un número interminable de fobias poco comunes. Algunas de ellas son muy sorprendentes.

1. Amaxofobia

Etimológicamente proviene del griego ‘amaxos’, que significa ‘carro’, e implica un miedo irracional a la conducción de un vehículo. Aunque existe en varios grados, debe distinguirse de la ansiedad producto de algunas situaciones específicas como el tráfico o la climatología. Tampoco debe confundirse con el temor inicial en los conductores noveles, aquel que se supera con la propia práctica. En la amaxofobia, la mera anticipación de la conducción produce ansiedad y malestar.

2. Eisoptrofobia

Se trata de un pánico a ver la propia imagen reflejada en un espejo. En casos extremos, la mera proximidad de un espejo puede producir ansiedad. Debe distinguirse de la aversión a la propia imagen que se de en algunos casos de trastorno dismórfico o trastornos de la conducta alimentaria. En muchos casos la eisoptrofobia está asociada a creencias paranormales en las que el espejo representa un canal de conexión a otra realidad o dimensión. Es frecuente el componente antropológico o cultural. Por ejemplo, en el judaísmo es costumbre cubrir los espejos durante el luto después del fallecimiento de un ser querido para no confundir el trayecto de su alma.

La intensidad del miedo varía en diferentes contextos. Es decir, el eisoptrófobo puede sentir una ansiedad moderada ante un probador de Zara y un pánico extremo frente un espejo antiguo en una casa rural en Cuenca.

3. Fagofobia

Las personas que padecen esta fobia presentan un alto grado de ansiedad en el momento de ingerir alimentos sólidos. Tienen pánico a atragantarse. Generalmente se da un fallo en la percepción del esófago, sienten que no funciona correctamente o que es anormalmente estrecho. El resultado es la creencia de que pueden atragantarse o asfixiarse. En casos severos la persona fagófoba se alimenta a base de zumos, sopas o purés.

Es común que se diagnostique erróneamente bajo la etiqueta anorexia nerviosa de tipo restrictivo o un trastorno de la conducta alimentaria no específico. Sin embargo, existe cierto consenso en incluir esta entidad diagnóstica en el grupo de ‘otras fobias‘.

4. Hipopotomonstrosesquipedaliofobia

¿Qué es la hipopotomonstrosesquipedaliofobia? Como ha podido comprobar el lector, se refiere al miedo a pronunciar palabras largas o complejas. Se relaciona con la ansiedad social y se presenta ante conversaciones en las que se usan términos complejos o inusuales. Las personas anticipan una mala pronunciación y el consiguiente ridículo. La mera lectura o escucha de estas palabras resulta incómoda. El origen es incierto, pero yo no intentaría pronunciar hipopotomonstrosesquipedaliofobia muchas veces por si acaso.

5. Ictiofobia

La ictiofobia es un tipo de zoofobia referido a los peces y su hábitat. Al igual que muchas fobias específicas, se da en diferente intensidad y de acuerdo al contexto. Si eres ictiófobo, puedes comprar palitos de merluza, e incluso ir a la pescadería pero no toleras bañarte en lagos o alta mar.

6. Pogonofobia

Esta fobia se nombra por primera vez en 1851 y hace referencia al miedo irracional que muchas personas sienten hacia el vello facial, especialmente hacia la barba poblada. No se relaciona con la higiene, la presencia de gérmenes o el rechazo a la tendencia hipster.

Se trata de una fobia extremadamente rara en la actualidad. Sin embargo, tiene cierto peso ya que John B. Watson, unos de los padres de la psicología actual, desarrolló una serie de experimentos en los años 20 en los que logró inducir este tipo de fobia a un niño utilizando técnicas de asociación estímulo – respuesta.

7. Somnifobia

Esta fobia puede relacionarse tanto con la posibilidad de morir durante el sueño como con el miedo a experimentar pesadillas. En el primer caso, las personas tienen miedo a morir por un fallo cardiovascular o respiratorio. En el segundo, las personas sienten pánico a no ser capaces de despertar ante el contenido traumático de terrores nocturnos y pesadillas. En casos severos, como protagonistas de una película de Freddy Krueger, pueden llegar apresentar dificultades para discernir los límites entre contenido onírico y realidad.

La privación de sueño severa afecta seriamente a la salud psicológica y física del individuo. Cuanto menos se duerme mayor intensidad y frecuencia de los estados ansiosos, y a mayor ansiedad mayor dificultad para conciliar el sueño y menor calidad del mismo. Un círculo vicioso difícil de romper. 

David Martín Escudero

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