
La adicción a los videojuegos y el Metaverso
El Metaverso, una vuelta de tuerca podría implicar un paso más allá en la realidad virtual, aumentada, las redes sociales y los videojuegos.
Los métodos en la psicoterapia infantil tienen objetivos similares a los planteados con jóvenes y adultos. Sin embargo, el abordaje es diferente, con una implicación directa de la familia y un gran protagonismo del juego con un uso terapéutico. El papel de los padres va mucho más allá que estar presentes en algunos momentos de la terapia. Para conseguir los objetivos propuestos es clave dar continuidad a las pautas indicadas en terapia en el entorno familiar.
La primera sesión está orientada a una valoración del caso y una aproximación de como sería el proceso terapéutico. Abordamos la evaluación y el tratamiento de los problemas psicológicos del niño/a o adolescente desde sus propias características individuales y su entorno inmediato. Los motivos de consulta, varían de acuerdo a la franja de edad del menor:
En los niños y niñas en edad preescolar (de uno a seis años) los motivos más comunes de consulta refieren problemas de conducta (comportamiento desafiante, berrinches, etc.), miedos y la ansiedad (ansiedad de separación, terrores nocturnos, miedo a los entornos desconocidos, etc.) o el control de esfínteres (enuresis y encopresis).
En las niñas y niños en edad escolar (de siete a once años) las problemáticas más frecuentes surgen en la adaptación al medio escolar, la relación o integración con el grupo de iguales o la propia familia. Los motivos más frecuentes de consulta son problemas de conducta, ansiedad, estado de ánimo o trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
Ya en la preadolescencia (de 12 a 14 años), emergen problemas con la imagen, el rendimiento académico, la conducta alimentaria, conductas antisociales, integración en el grupo de iguales, etc.
La adolescencia implica una etapa de transición de la infancia a la edad adulta. Es una fase que conlleva un proceso de adaptación a las nuevas demandas planteadas por el contexto propio del adolescente. Adolescencia no es sinónimo de crisis, pero se trata de una etapa a la que hay que prestar especial atención. Muchas de las dificultades surgen a partir del proceso de construcción de la propia identidad, resultando en problemas para aceptar la propia imagen, trastornos de la conducta alimentaria, problemas de relación en el ámbito familiar, social o académico, ansiedad, estado anímico decaído, etc.
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El Metaverso, una vuelta de tuerca podría implicar un paso más allá en la realidad virtual, aumentada, las redes sociales y los videojuegos.
Observamos que la dependencia emocional es más frecuente e intensa en la juventud, y tiende a matizarse en la edad adulta.
Resulta paradójico que en una sociedad hiperconectada las propias redes sociales puedan ser motor de sentimientos de soledad. Son varios los estudios recientes que alertan sobre los efectos negativos del abuso de redes sociales entre los jóvenes. En la juventud la soledad tiende a relacionarse con sentimientos de escasa valía, incompetencia y desesperanza.
Como hijos criados y educados por nuestros padres biológicos aprendemos un tipo de vinculación afectiva. Cuando la paternidad/maternidad se produce por adopción, en general, no existe experiencia ni conocimiento sobre cómo incorporar a este nuevo miembro en la familia.
Adolescencia y depresión parecen ser percibidos como dos conceptos antagónicos. Pese a que lo síntomas son visibles para terceros, para madres y padres resulta difícil dimensionar correctamente el problema. En una etapa convulsa y con estados cambiantes, es complicado reconocer si se trata de un conflicto pasajero o si es necesario buscar apoyo terapéutico.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sigue siendo objeto de debate. El principal manual diagnóstico (DSM-V) ha sido actualizado recientemente y han sido incluidos algunas modificaciones a tener en cuenta en el proceso de diagnóstico.
‘Ana’ es el nombre que recibe la anorexia en este tipo de páginas, y ‘Mia’ es el utilizado para referirse a la bulimia. Los grupos pro Ana y pro Mia, existen desde la década de los 90, pero se han visto potenciados a partir del uso de internet y redes sociales.
Todos hemos oído hablar del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Es, sin duda, el trastorno psicológico más frecuente entre los más pequeños. Sin embargo, al igual que con otros diagnósticos, existen algunas falsas creencias que conviene deconstruir.
El comportamiento disruptivo, o berrinche o rabieta, forma parte del desarrollo del niño y suele darse entre los 2 y los 5 años. Generalmente desaparecen progresivamente. Sin embargo en algunos casos, debido a su intensidad, frecuencia y/o persistencia pueden amenazar el desarrollo normal del niño y el bienestar de las personas que le rodean.
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