Terapia online: ventajas y desventajas

terapia online pros y contras
Foto de Samantha Borges

La terapia online ha llegado para quedarse. En un contexto de cambio social y cultural, la comunicación a través de medios telemáticos como Zoom o Skype está cada vez más presente. En España, al igual que en los países pioneros en teleterapia, como EEUU, Canadá o Australia, una amplia mayoría de los profesionales se inician en la práctica online por la demanda de sus clientes/pacientes; fundamentalmente ante movilidad geográfica frecuente o cambio de residencia (Fernandez-Peña y col, 2017).  En los últimos meses, con motivo de la pandemia del COVID-19, el uso de tecnología se ha disparado entre psicólogos y psicólogas. En la terapia online observamos una serie de ventajas y desventajas.

Se trata de un fenómeno relativamente reciente y sin embargo existe un volumen importante de investigación. En términos generales, los estudios desarrollados al respecto validan el uso de tecnologías en la intervención psicoterapéutica. Las principales metaanálisis y revisiones de investigación en la última década han encontrado una eficacia similar en procesos psicoterapéuticos presenciales y telemáticos (Barak y col., 2008; Harris y Youngren, 2011).

De manera presencial u online, existen consideraciones epistemológicas, metodológicas y éticas que hacen que de un proceso psicoterapéutico sea adecuado o no. Existen procesos terapéuticos buenos, mediocres y malos, independientemente del canal en el que produzca la comunicación entre psicólogo y paciente. Al fin y al cabo, valorar el trabajo terapéutico con base a si es presencial o virtual es como juzgar un libro por su portada.

Debemos tener en cuenta que no todo lo que denominamos teleterapia es válido. Podríamos situar el germen de la terapia online en la ‘terapia telefónica’. Esta no es novedosa ya que ha funcionado (aunque de forma muy minoritaria) durante los últimos 40 años. La ausencia de comunicación visual limita su eficacia, por lo que no es recomendable. Por otra parte, el intercambio de correos electrónicos o el uso de aplicaciones pueden constituir herramientas útiles en cualquier proceso terapéutico, sea online o presencial. En el caso de las terapias de corte cognitivo o cognitivo-conductual es común que el psicólogo proponga tareas vía email. Sin embargo, un proceso psicoterapéutico que se precie no puede basarse exclusivamente en el intercambio de llamadas, mensajes de voz o whatsapps.

No todas las orientaciones psicoterapéuticas y sus herramientas son válidas para todo tipo de profesionales, pacientes o problemáticas. En algunos casos, el paciente opta por una aproximación cognitivo-conductual, en otros encajará mejor en una terapia cognitiva de tercera generación, o bien en una psicoanalítica, sistémica o humanista. De igual forma, la terapia online constituye un marco que puede ajustarse mejor o peor a la demanda de la persona que acude a consulta. No creo que deban contemplarse como categorías excluyentes. Un proceso terapéutico puede contar con ambos componentes alternando sesiones presenciales con otras telemáticas. De esta forma podemos beneficiarnos de sus aspectos positivos y minimizar el impacto de sus limitaciones.

Ventajas de la terapia online:

No hay limitaciones espaciales

La terapia online ofrece la posibilidad de recibir apoyo en tu propio sofá. Sí, sin duda es cómodo evitar tráfico, lluvia o calor. En tiempos de coronavirus, cuando las restricciones a la movilidad son el pan de cada día para muchos, la terapia online permite una mayor accesibilidad.

La terapia por medios telemáticos hace compatible seguir un proceso terapéutico cuando las demandas laborales o académicas nos exigen movilidad geográfica. También, cuando se es personal expatriado, permite encontrar un psicólogo especializado y de la misma nacionalidad que el usuario.

Por otra parte, con relación a algunos perfiles clínicos como son el trastorno de pánico con agorafobiaansiedad social, o algunos subtipos de trastorno obsesivo compulsivo, el acceso se ve facilitado por la terapia online, ya que se produce desde la seguridad del propio hogar.

Eficiencia y ahorro

La terapia online implica una menor inversión en tiempo y en dinero. No es necesario el desplazamiento y el precio medio de los honorarios del psicoterapeuta acostumbra a ser más económico.

Privacidad

Uno de los criterios básicos por los que debe regirse todo psicoterapeuta es la confidencialidad. Sin embargo, especialmente en barrios o municipios de tamaño medio, el usuario/a puede sentir reticencias a ser visto entrando en el despacho, a encontrarse conocidos/as en la sala de espera o encontrarse tomando unas cañas con el psicólogo. Son aspectos que no deben ser relevantes, sin embargo, la terapia online evita estas preocupaciones.

Especialización

No todo psicólogo está especializado en todo tipo de problemáticas. La terapia online ofrece un rango mayor de psicoterapeutas, ya que eliminamos la variable distancia. Puedes encontrar un profesional con la orientación demandada aunque no trabaje en tu área de residencia. Además en aquellos despachos en los que encontramos varios terapeutas, podemos encontrar aquel cuyo perfil es más adecuado para nuestro caso.

Desventajas de la terapia online:

Distancia física

Especialmente en la acogida, la terapia online puede ser percibida como más fría e impersonal. Es algo que afecta a ambas partes, tanto al psicoterapeuta como al usuario. Ocurre algo parecido a las reticencias iniciales en la ya normalizada alternancia entre el libro físico y el electrónico. A pesar de las sensaciones iniciales, suele ser algo a lo que nos acostumbramos con facilidad. Sin embargo, algunos pacientes prefieren la cercanía física de la terapia presencial.

Necesidad de internet y dispositivo

Más que una desventaja se trata de un requisito. Debemos tener acceso a internet y un dispositivo adecuado. Para la videollamada es recomendable el uso de una tableta o un ordenador. De acuerdo a nuestra experiencia, el tamaño importa. La pantalla de un móvil, aunque permite contacto visual, no ofrece unas condiciones óptimas.

Uso de tecnología

Durante el confinamiento son muchos los que se han familiarizado con la comunicación online. Sin embargo, existen muchos usuarios no ‘millennials’ que todavía no manejan con fluidez los dispositivos electrónicos o se resisten a las pantallas. Curiosamente, las nuevas generaciones podrían sentirse más cómodas o amparadas por la distancia de los medios digitales, facilitando la intimidad e introspección.  

Casos específicos

En términos generales, los profesionales descartamos el uso de medios digitales en caso de trastorno mental grave. Si bien es cierto que en la gestión de las crisis los medios telemáticos son especialmente útiles. La cercanía física es un factor clave en aquellos casos en los que se dan una serie de riesgos clínicos, especialmente cuando existe ideación suicida y/o comportamiento autolesivo.

Otro criterio que nos hace desaconsejar su uso sería la edad del paciente; la terapia online no es adecuada para la atención infantil.

Necesidad de espacio adecuado

En la terapia por medios digitales, la necesidad de ofrecer un espacio apropiado en términos de confort y privacidad ya no es responsabilidad exclusiva del psicólogo o psicóloga. El paciente debe contar con un espacio adecuado. Las condiciones habitacionales mayoritarias implican convivencia, y no siempre es posible disponer de un espacio que permita la privacidad necesaria.

Merma en comunicación

A pesar de que oímos y vemos al paciente, se pueden perder algunos matices. La alianza terapéutica puede verse afectada, especialmente en aquellos casos en los que existen dificultades de comunicación en el paciente.

David Martín Escudero

Barak A, Hen L, Boniel-Nissim M, Shapira N. A. (2008). Comprehensive review and a meta-analysis of the effectiveness of Internet-based psychotherapeutic interventions. Journal of Technology in Human Services, 26(2-4): 109-160.

Harris, E., & Younggren, J. N. (2011). Risk management in the digital world. Professional Psychology: Research and Practice, 42(6), 412–418.

González-Peña, P., Torres, R., Del Barrio, V., y Olmedo, M. (2017). Uso de las nuevas tecnologías por parte de los psicólogos españoles y sus necesidades. Clínica y Salud , 28, 81-91

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